Bowlby, psicólogo y psicoanalista, demostró pronto su interés por el desarrollo infantil. De su trabajo y estudios publicó su teoría del apego. De hecho, su amplia experiencia y sus conocimientos han sido aprovechados por miles de profesionales. No en vano fue uno de los expertos más citados en publicaciones durante el siglo XX.
El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo).
El apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido incondicionalmente. Está planteamiento también puede observarse en distintas especies animales y que tiene las mismas consecuencias: la proximidad deseada de la madre como base para la protección y la continuidad de la especie.
El vínculo emocional del apego crea en el niño una sensación emocional que Bowlby considera indispensable para el desarrollo de la personalidad. En este sentido, el psicólogo fundamentó tres tipos de apego diferenciados según la situación del pequeño y el acceso y conducta del adulto:
- Apego seguro: Se produce cuando el bebé está seguro de las muestras de protección, cariño y disponibilidad que recibe de la figura de su afecto. Desarrolla en el niño un concepto positivo y confiado de sí mismo. Se crean relaciones más estables, satisfactorias e integradoras.
- Apego Ansioso: La figura del afecto del bebé solo ofrece apego y disponibilidad física y emocional de forma intermitente. Es decir, que no está siempre disponible. Esta situación crea temor y ansiedad. Las habilidades emocionales del pequeño se desarrollan de forma inconsistente. Se forma un gran deseo de intimidad, pero va acompañado de inseguridad.
- Apego desorientado: El cuidador ofrece respuestas desproporcionadas a las necesidades del niño. En su desesperación, puede entrar en procesos disociativos. La conducta del adulto es muy desorientadora para el bebé, generando también una gran ansiedad e inseguridad.
Ainsworth encontró tres patrones principales de apego: Estos comportamientos dependían de la sensibilidad de la madre a las peticiones del niño.
- Apego seguro. Lloraban poco y se mostraban contentos cuando exploraban en presencia de la madre;
- Apego evitativo: Lloraban frecuentemente, incluso cuando estaban en brazos de sus madres
- Apego ambivalente. Incapaces de demostrar conductas que pudieran catalogarse como de apego.
La teoría del apego tiene una relevancia universal, la importancia del contacto continuo con el bebé, sus cuidados y la sensibilidad a sus demandas están presentes en todos los modelos de crianzas según el medio cultural.
MªCarmen Martínez
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