El culto al
cuerpo, a la apariencia por encima de todo, está calando hondo
en las sociedades modernas y en sus habitantes. Con una pasividad pasmosa,
estamos llegando a un punto en el que las personas dejan de tener valor si no
tienen una apariencia deseable, en la mayoría de los casos apariencias basadas
en cuerpos imposibles y cánones que desnaturalizan lo humano.
La hipersexualización consiste en definir el canon de
belleza en función del deseo sexual que despierta, es una tendencia que aparece como
consecuencia lógica a esta realidad. Esta tendencia que está calando hondo y
extendiéndose como una plaga, supone reconocer el valor social en función del deseo sexual. Es decir, cuanto más deseo sexual
despierte, más valor social tiene la persona.
Además de ser poco natural y de suponer una valoración sesgada e
incompleta, tiene graves consecuencias en el bienestar y equilibrio de las
personas. La búsqueda de la eterna juventud y el anhelo de un aspecto físico,
que en la mayoría de las ocasiones se escapa de la lógica y de lo natural, se
convierten en un deseo que nunca se consigue, ya que se persigue un imposible,
llegando a ser una obsesión que genera frustración.
Qué es la hipersexualización
infantil
A menudo vemos a
niños, y sobre todo niñas que, ante una sorprendente mirada pasiva de los
adultos y de la sociedad, asumen unos patrones y valores que no les
corresponden por su edad, que recalcan un valor sexual, priorizándolo
por encima de cualquier otro valor o cualidad. La hipersexualización se
extiende a gran velocidad, y condena a nuestros niños, y sobre todo a nuestras
niñas, a la búsqueda del imposible cuerpo y aspecto perfecto, a unos valores y
principios que se quedan en lo superficial, sin llegar al fondo,
que dejan de lado otras cualidades de las personas y, en definitiva que hacen
de ellos objetos en lugar de sujetos.
En el 2001, el informe
Bailey define por primera vez el concepto de hipersexualización
infantil como “la sexualización de las expresiones, posturas o códigos
de la vestimenta considerados como demasiado precoces”. En este informe se
condena el uso y la sexualización de los niños, y en especial de las niñas como
medio para vender determinados productos que van desde juegos, comidas,
muñecas, ropa, hasta casas, coches, joyas, viajes, etcétera. Esta sexualización
resulta, además de excesivamente precoz, innatural e insana para su desarrollo.
En el 2007 la
Asociación de Psicología Americana (APA) publica un documento a través del cual
se denuncia la tendencia a sexualizar a los niños y niñas en las sociedades del
siglo XXI. Tanto los productos, como los medios destinados al público infantil
emplean de un modo perverso el erotismo y el valor sexual como factores
definitorios. Al hacerlo se transmite un peligroso mensaje a los niños
y a las niñas, se les muestra que dicho erotismo puede proporcionar grandes
beneficios sociales. Lo trágico es que el mensaje poco a poco cala hondo en la
mente de los niños y las niñas y se transforma en una fuerte creencia. Los
niños y las niñas creen que para tener éxito social tienen que ser sexualmente
atractivos.
Cómo se crea el patrón de hipersexualización en niños y niñas
El patrón de hipersexualización arraiga en la infancia porque está
arraigado en nuestras sociedades modernas, en los adultos, en los medios de
comunicación. Vivimos en un mundo donde cada vez es mayor la tendencia a
valorar a la persona por su apariencia. Estos valores rigen la sociedad y desde
diversas fuentes llegan a nuestras niñas y niños:
- o En primer lugar los medios de comunicación nos ofrecen una imagen de la mujer exageradamente sexualizada. En la publicidad, series, programas, e incluso las muñecas exhiben modelos de mujer maquilladas, con ropa exagerada, que persiguen un único objetivo: ser populares entre los hombres, llamar su atención. Pero los medios aún dan un paso más y nos muestran a las niñas actuando, vistiendo, hablando… como mujeres adultas en miniatura.
- o A esta influencia mediática se suma la familiar. Muchas mujeres han asumido pasivamente, sin darse cuenta, sin quejas, su condición de objeto, han aprendido que han de ser atractivas, que han de ser sexualmente atractivas. Estas mujeres son madres, hermanas, tías, abuelas, etcétera, que se convierten en modelos a imitar por las niñas. Y es así como desde la familia se transmite el patrón de hipersexualización.
Cuando el único estereotipo, el modelo de mujer popular, de mujer valiosa, admirada es el de una mujer que tiene atributos que la convierten en atractiva para el sexo opuesto, sin importar otras cualidades, estamos condenando a las niñas, a toda una generación a seguir dicho patrón, a perseguirlo sin ni siquiera plantearse el cuestionarlo.
Según los
expertos, las consecuencias de la hipersexualización pueden ser
terribles en cuanto a su desarrollo, sobre todo porque se les podría estar
vendiendo como un “objeto sexual”. La doctora Soledad Muruaga, co fundadora de
la Asociación de Mujeres para la Salud, AMS, expone que las niñas son abusadas
en muchos aspectos durante su preparación para este fin.
Uno de los principales
motivos de preocupación para la AMS, es que las niñas van concibiendo
patrones de origen sexual de una manera natural, lo cual las hace
vulnerables ante los posibles ataques. Es decir, comienzan a ser tratadas como
objetos de exhibición, donde lo más importante es lucir bien y ser observadas
con “admiración”.
- Trastornos relacionados a la conducta alimentaria, como la anorexia; puesto que por lo general tratan de ser modelos con delgadez extrema
- Inversión de su esfuerzo total en cultivar su imagen y apariencia física, infravalorando su desarrollo personal, profesional y espiritual
- Descontextualización del mundo real, basadas en la constate presencia de un “mundo virtual” en el cual son princesas, modelos exitosas o celebridades
- Tienen un riesgo mayor de embarazo precoz, pues son vistas como adultas desde muy jóvenes
- Se adelanta a etapas que no le corresponden, impulsada por la presión social que existe en la actividad en la cual se destaca
- Crea su autoestima en base a su imagen corporal y atractivo físico, donde el valor principal es la belleza exterior y el deseo que puede inspirar en el género masculino
- Forma su identidad personal en patrones de belleza que de adulta podría no alcanzar o que se pierden con el tiempo, lo que las hace propensas a sufrir frustración y hasta depresión
- Se educan en torno a elementos superficiales, especialmente basados en un estilo “barbie”, donde la apariencia, el rosa, la talla, el maquillaje y los principales cánones de belleza son el tema de conversación básico
- Podría enfrentarse a la pobreza y dependencia, por la falta de educación y búsqueda del desarrollo profesional
- Son más propensas a ser estafadas con falsas promesas de éxito.
Peligros y controversias de la hipersexualización infantil
Pero aún
podemos ir más allá de las consecuencias, el modelo de mujer que se transmite
tiene peligros sociales implícitos:
- El modelo ideal de mujer es un modelo de mujer objeto sexual. Se deshumaniza a la mujer, deja de ser sujeto y se convierte en objeto. De este modo se transmiten y apoyan estereotipos de género sexistas, fuertemente marcados, que conllevan una problemática trágica y grave en la que se incluyen, entre otros la violencia de género, la desigualdad, etcétera. Las niñas asumen este rol, esta condición de objeto sexual con una naturalidad que resulta aterradora.
- La infancia se pierde, estamos obligando a las niñas a asumir roles que no les corresponden, roles para los que no están preparadas y el desarrollo, por lo tanto se adultera.
- Las consecuencias en su desarrollo son drásticas: baja autoestima, fragilidad, vulnerabilidad… Y de este modo los niños y niñas se convertirán en adultos fácilmente manipulables.
- No se cultivan otros ámbitos de la identidad y quedan condenados a la inmadurez crónica.
- El bienestar emocional se ve afectado.
- Aparecen trastornos psicológicos graves como los trastornos alimentarios, depresión, ansiedad. De este modo la sociedad enferma emocionalmente.
Cómo prevenir la
hipersexualización en la infancia
Prevenir la hipersexualización
infantil es algo complicado, ya que estamos ante un patrón que se
extiende como una epidemia en nuestras sociedades modernas, y que se sirve de
los grandes medios de comunicación de masas para llegar a todos los rincones.
Medios que, con la excusa de entretenernos, aprovechan para transmitir mensajes
subliminales. Mensajes que nos hacen comprar, que nos hacen consumir cierto
tipo de productos y cierto tipo de ocio. Y, lo que es peor, mensajes que nos
hacen pensar, que nos hacen ser y que nos hacen comportarnos y sentir de un
modo específico.
No obstante, hay
muchas cosas que están en nuestra mano para evitar caer en la
hipersexualización de nuestros hijos. Estos son algunos consejos para
prevenir el fenómeno de la hipersexualización en niños y niñas:
- El primer paso es analizar nuestros propios valores y principios, aquellos que estamos transmitiendo a nuestros niños y niñas. Sí que es cierto que no seremos el único modelo que reciban, pero si somos un modelo libre del patrón de hipersexualización estaremos ofreciéndoles otra alternativa, estamos dándoles otra opción.
- Cuidado con los medios, es nuestra labor dosificar los medios y comprobar que los contenidos a los que acceden por televisión o Internet son apropiados para su edad.
- Desarrollar su sentido crítico. Podemos dosificar los medios, pero no podemos eliminarlos por completo, tampoco es bueno. Los niños y niñas han de conocer el mundo, la sociedad en la que se mueven, pero es nuestra labor dotarles de las herramientas necesarias para moverse en ella.
- La comunicación. Es importante tanto explicarles como escuchar sus interpretaciones y creencias.
- Transmitir valores más humanos, como la colaboración, el amor, el respeto…, el valor de la persona como algo más que los adornos y el atractivo físico.
- El desarrollo de un autoconcepto completo que englobe a la persona de manera integral es fundamental y servirá de base para una rica autoestima.
- La comprensión de algo muy lógico: cada persona es única y diferente, las personas somos heterogéneas y nuestra belleza se encuentra en nuestras diferencias y en nuestra actitud.
Juana María Córcoles.
1 comentario:
Hola, compañeras:
Soy la responsable de Comunicación de la Asociación Mujeres para la Salud. En primer lugar, gracias por citar a nuestra presidenta, Soledad Muruaga, y a la asociación. Un artículo muy interesante sobre un tema que, como sabéis, trabajamos desde hace tiempo.
Queremos solicitaros que, junto a la cita a nuestra asociación, pongáis un enlace a nuestra página web, www.mujeresparalasalud.org.
Un saludo afectuoso y muchas gracias por considerar nuestra petición y por escribir sobre temas tan interesantes.
Publicar un comentario