Amigos imaginarios del niño
Dentro
de la etapa evolutiva normal de los niños, entre los dos y tres años, se inicia
un fenómeno cuanto menos curioso, que a veces puede llegar a crear una
preocupación a los padres: en estas edades tempranas, y ya cuando se tienen las
bases lingüísticas desarrolladas, surge lo que se denomina el amigo imaginario, el cual le va a acompañar
durante varios años antes de desaparecer.
Estos
amigos imaginarios suelen ser seres en algunos casos idealizados, superhéroes,
hadas o duendes, que han visto en la televisión o que han escuchado de algún
cuento, o simplemente amiguitos invisibles con
los que comparten sus juegos, haciéndoles partícipes de sus actividades
lúdicas, e incluso hablándoles; aunque a pesar de las vivencias compartidas,
los niños entienden que su amigo no es real.
Estos
amigos imaginarios pueden ser totalmente irreales, o estar identificados con
algún objeto, por ejemplo un peluche o
una muñeca, con el que habla y comparte juegos, el cual tiene
su propia personalidad y
forma de actuar, distinta del pequeño, por lo que no siempre estarán de
acuerdo, de ahí la riqueza para la interacción social, al tener que explicar,
negociar y conversar con el amigo imaginario.
Aunque
no existe un patrón en el que aparezcan estos amigos imaginarios, si son más
probables que se den en hijos únicos o en el primero de los hermanos, como una
forma de llenar ese vacío social en los juegos. Igualmente, la presencia de
estos amigos imaginarios ha sido asociada a cierto grado de sensibilidad por
parte del pequeño, siendo éstos más creativos y artísticos de
adultos.
¿Cuál es el origen de
un amigo imaginario?
Puede darse por
múltiples razones. O bien porque se trata de niños muy creativos y
sensibles con una gran imaginación, o bien, por niños que son hijos únicos y
buscan llenar un vacío para no sentirse tan solos…
¿Cuáles son las consecuencias de tener un amigo imaginario?
- Deja que tu hijo explore su imaginación a través del amigo imaginario. No te alarmes, es algo normal.
- No intervengas en su juego para dirigir y cambiar el comportamiento de tu hijo en cuanto a la relación del amigo imaginario. Síguele la corriente y apóyalo sin juzgarlo, así sentirá la confianza de poder hablar contigo sobre su amigo imaginario y sus interacciones con él.
- Lo que puedas observar de tu hijo interaccionando con su amigo imaginario puede decirte mucho de tu pequeño y de su mundo emocional. Es una oportunidad para que conozcas que es lo que piensa, lo que desea, lo que le preocupa, etc.
- Estate alerta por si la relación con el amigo imaginario se vuelve turbadora y el niño empieza a estresarse. Si consideras que se están prolongando demasiado estas situaciones negativas y que tu hijo está tenso e intranquilo por esta interacción, habla con él e intenta averiguar qué le preocupa. Busca el origen de esta situación mostrándote abierto con él.
No hay que
preocuparse por la aparición de un amigo imaginario, ya que se trata de un
proceso normal dentro de la evolución del desarrollo del pequeño. En niño
ahonda en su fantasía, crea historias, vive experiencias… dejándose llevar por
la imaginación.
Por lo tanto,
resulta positivo en cuanto a que enriquece al pequeño a nivel social y
emocional, por el hecho de compartir experiencias, emociones, sentimientos con
el amigo imaginario. Esto da lugar a una buena autoestima y autoconfianza, ya
que el pequeño se siente seguro teniendo a su lado a este amigo. También ayuda
a reforzar la empatía en las relaciones sociales, y como no, es extremadamente
positivo en cuanto al desarrollo de la creatividad del niño.
En todo caso,
cabe mencionar que en ciertos casos, el amigo imaginario puede tener
consecuencias negativas para el niño y puede llegar a limitarlo. El niño puede
estar muy inmerso en la relación que tiene con su amigo imaginario, dejando de
lado las relaciones sociales con los verdaderos niños de su edad. La mayor
parte de su tiempo puede estar focalizada a estar con su amigo imaginario
y a relacionarse tan sólo con él, por lo que lo limitada y lo distancia del
resto, provocando una falta de atención en cuanto al resto de su entorno. En
este caso, si esta situación apareciese, sería necesario intervenir, ya que a
la larga, pueden aparecer problemas en el desarrollo del pequeño, quedándose
por detrás de los demás niños de su edad.
¿Cuándo hay
que preocuparse?
Aunque tener un amigo imaginario es parte del desarrollo normal del
pequeño y por tanto no se trata de ninguna enfermedad ni trastorno, hay que
saber distinguirlo de otros fenómenos que sí podrían implicar algún tipo de
problemas en el menor y que en algunos casos van a requerir de la intervención
de un profesional para ayudar al pequeño a enfrentarse a ello y superarlo.
Estas
son las manifestaciones relacionadas con el fenómeno de los amigos imaginarios
por las que los padres podéis preocuparos y acudir a un especialista:
Habla egocéntrica: denominado así a una de las etapas del desarrollo del lenguaje,
en donde el pequeño va a dejar de hablar externamente y pasa a hacerlo
pensando, entre medias se va a producir este tipo de habla, que se caracteriza
por ser descriptiva, sobre aquello que está haciendo o pensando, pero sin que
se produzca una interacción con ningún amigo imaginario.
Fabulaciones como forma de responder: no se trata
tanto de una vivencia de juego del pequeño, sino de una tendencia a contestar
de forma fantasiosa e imaginativa, todo ello sin buscar engañar.
Vivencias de hechos traumáticos: estas son
fáciles de identificar, en la medida que sean observadas y comprendidas, ya que
suelen ser repetitivas, en cuanto a su contexto y contenido, y siempre generan
gran ansiedad y nerviosismo al pequeño.
Falsos amigos imaginarios: son amigos imaginarios que
tienen una personalidad represora y negativa para el pequeño, lo que hace que
el juego no sea algo buscado y querido, sino evitado, asociado a altos niveles
de estrés, miedo y en
algunos casos a problemas psicológicos en el ambiente familiar donde se
desarrolla.
¿Es positivo o negativo que tenga un
amigo imaginario?
El
aspecto positivo de los amigos imaginarios es que permite al pequeño explorar
su imaginación sin restricciones, a la vez que va enriqueciéndose social y emocionalmente, ya que
con el amigo imaginario comparte deseos, anhelos, miedos e inquietudes, que no suele compartir con ningún adulto, ni siquiera con sus padres, y todo ello dentro
de su etapa madurativa de desarrollo.
Igualmente
le sirve para liberar sus emociones, ya sean positivas o no, refuerza su autoestima, adquiriendo
más confianza al saberse protegido por
su amigo imaginario, facilitando el control de sus emociones, a la vez que le
ayuda a desarrollar habilidades de empatía al tener en cuenta al otro, así como mejora la creatividad, aspectos que se han
comprobado, permite tener de adulto mejores habilidades sociales.
En
cambio el aspecto negativo proviene de cuando esa relación entre el pequeño y
el amigo imaginario se vuelve tan estrecha que impide al primero tener otro
tipo de relaciones con el resto de su mundo, es decir, no pasa suficiente
tiempo con otros niños de su edad, ni tiene interés por ello, pudiendo incluso
exhibir comportamientos
agresivos si se
le trata de interrumpir en sus juegos.
Igualmente,
el hecho de que tenga un amigo invisible es negativo cuando esa relación
consume tanto tiempo y atención que empiece a verse reflejado en su rendimiento
académico, tanto por la falta de atención mostrada durante las clases, al estar en su mundo, como por el incumplimiento con las
actividades académicas y estudios a realizar, lo que si no se tiene en cuenta y
se pone remedio puede propiciar cierto retraso en comparación con el resto de
sus compañeros.
Consejos de
cómo actuar ante un amigo invisible.
- Deja que tu hijo explore su imaginación a través del amigo imaginario.
No te alarmes, es algo normal.
- No intervengas en su juego para dirigir y cambiar el comportamiento de
tu hijo en cuanto a la relación del amigo imaginario. Síguele la
corriente y apóyalo sin juzgarlo, así sentirá la confianza de poder
hablar contigo sobre su amigo imaginario y sus interacciones con él.
- Lo que puedas observar de tu hijo interaccionando con su amigo
imaginario puede decirte mucho de tu pequeño y de su mundo emocional. Es
una oportunidad para que conozcas que es lo que piensa, lo que desea, lo
que le preocupa, etc.
- Estate alerta por si la relación con el amigo imaginario se vuelve
turbadora y el niño empieza a estresarse. Si consideras que se están
prolongando demasiado estas situaciones negativas y que tu hijo está tenso
e intranquilo por esta interacción, habla con él e intenta averiguar qué
le preocupa. Busca el origen de esta situación mostrándote abierto con él.
Juana María Córcoles.
Colaboradora de Psycospirity.
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