lunes, 27 de febrero de 2017

TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL.


    El Trastorno Dismórfico Corporal, anteriormente conocido como dismorfofobia, es un trastorno relacionado con la preocupación excesiva por la propia imagen corporal. 
    Las personas que sufren este trastorno sienten una gran ansiedad y la percepción irracional sobre su propio cuerpo que acaba provocando efectos destructivos en su vida, y que les lleva a desarrollar hábitos que resultan negativos para su bienestar, como por ejemplo mirarse en el espejo en exceso (aunque también existen los que por el contrario los evitan en exceso).
    Estos hábitos tienen un impacto significativo en cómo estas personas viven su día a día y merman su autoestima, provoca que la persona llegue a no relacionarse con los demás por miedo a que le critiquen o se rían del defecto que ellos piensan que padecen (ya que éste en realidad es imaginario), de tal forma que inclusive pueden llegar a perder sus habilidades sociales.
    Se trata de una psicopatología que comienza en la adolescencia y afecta tanto al sexo masculino como femenino.
    Estos son los defectos imaginarios más frecuentes en estas personas:
    • Cabello
    • Nariz
    • Piel
    • Ojos
    • Cabeza o rostro
    • Constitución corporal
    • Labios
    • Mentón Estómago o cintura
    • Dientes 
    • Piernas/rodillas
    • Pechos/músculos corporales
    • Orejas
    • Mejillas
    • Trasero
    • Pene
    • Brazos
    • Cuello
    • Frente 
    • Músculos
    • Hombros
    • Caderas

    Cómo se siente una persona con Trastorno Dismórfico Corporal (TCD)
    • Tienen una percepción negativa de su imagen corporal
    • Sentimientos de vergüenza, culpa o soledad
    • Suelen aislarse y evitar las situaciones que pueden provocar ansiedad o malestar
    • Depresión o ansiedad
    • Suelen utilizar fármacos u otras drogas
    • Autolesiones
    • Pensamientos suicidas
    Michael Jackson, el caso más famoso de Trastorno Dismórfico Corporal

    Señales del Trastorno Dismórfico Corporal
    • Obsesionarse con sus características faciales: nariz, ojos, pelo, barbilla, piel, labios, orejas...
    • Obsesionarse con áreas particulares del cuerpo, por ejemplo, pechos o genitales
    • Tener una percepción negativa de que alguna característica corporal y pensar que está fuera de proporción
    • Tener una percepción de que alguna característica corporal y pensar que es asimétrica
    • Verse demasiado delgado u obeso
    • Tener problemas de alimentación
    • Llevar a cabo conductas compulsivas para evitar la ansiedad de la obsesión: usar maquillaje cuando se está en público, peinarse de manera continua, ponerse ropa que tape el cuerpo, pasar por el quirófano constantemente o tomar medicación para adelgazar o ganar peso, etcétera
    • Creen que tienen imperfecciones irreales.
    • Preocupaciones constantes sobre las imperfecciones.
    • Quieren mejorar el aspecto que consideran problemático y pueden considerar tratamientos dermatológicos, cosméticos o cirugías estéticas.
    • Estos tratamientos no suelen resolver el problema.
    • Los tratamientos pueden ser realizados por ellos mismos o por otras personas y pueden llevar al empeoramiento del problema.
    • Pueden mostrar acciones repetitivas o compulsivas como camuflarse (con ropa, maquillaje o sombreros).
    • Se miran constantemente en el espejo o lo evitan.
    • Se pueden dar altos niveles de depresión y de fobia social.
    • Pensamientos suicidas.
    • La necesidad de pedir opinión sobre el propio físico a otras personas.
    • Evitar aparecer en fotos.

    Posibles causas y factores de riesgo del Trastorno Dismórfico Corporal
    No se conoce específicamente qué provoca el TDC,  Como ocurre con otros trastornos psicopatológicos, por lo tanto puede resultar de una combinación de factores:
    • Genéticas: algunos estudios han mostrado que el TDC es más común en personas cuyos familiares tienen también la condición, indicando que podría haber un gen asociado a este trastorno.
    • Ambientales: el ambiente, experiencias y cultura puede contribuir, especialmente si hay experiencias negativas relacionadas con el cuerpo o la autoimagen.
    • Cerebro: anormalidades en la estructura cerebral pueden jugar un rol.
    • Experiencias vitales negativas, como bullying.
    • Presión social o expectativas de belleza.
    • Tener otro trastorno psiquiátrico como ansiedad o depresión.
    • Tener familiares con el mismo trastorno.
    • Rasgos de personalidad, como baja autoestima.


    Tratamiento
    • Terapia cognitiva conductual (TCC)
    • Medicación
    • Terapia familiar
    Los individuos con Trastorno Dismórfico Corporal, suelen pensar, sentir o comportarse de la siguiente manera:
    Es posible que las personas con Trastorno Dismórfico Corporal no busquen ayuda, pues están demasiado preocupados por cómo les juzgará la gente o si pensarán que son muy vanidosos. Por tanto, muchos de estos individuos no reciben tratamiento hasta que llevan mucho tiempo experimentando esta patología.
    El TDC está englobado dentro de los  Trastornos Obsesivos-Compulsivos, y, por tanto, este tipo de pacientes desarrollan síntomas ansiosos y rutinas compulsivas. Pero claro, lo característico de este trastorno es la fijación excesiva por la propia imagen corporal, que les lleva a verse mal frente al espejo y magnificar lo que no les gusta de su cuerpo.

    Las obsesiones sobre el propio cuerpo son tan frecuentes que estas personas pueden pasar varias horas al día pensando negativamente sobre su apariencia física. Además, suelen concentrarse en un área específica de su cuerpo que les provocan una ansiedad constante.

    Es evidente que la cultura de la imagen y la influencia de los medios de comunicación, que nos convierte en objetos más que en sujetos, ejerce una influencia determinante en cómo percibimos nuestro propio cuerpo, Estamos continuamente rodeados de revistas y anuncios que nos envían el mensaje de que dicen que si no tenemos el cuerpo perfecto no valemos nada. La mejor manera de contrarrestar esta influencia negativa es la educación desde edades tempranas para que valoremos otras cosas en la vida.
    Las personas que sufren TDC pueden haber desarrollado una percepción negativa de su propia imagen fruto de haber sido acosado durante la adolescencia (aunque también en edades más tempranas o más tardías), cuando el individuo es más sensible sobre su apariencia corporal. Además, las burlas de los compañeros de escuela pueden causar este tipo de trastorno.
    La baja autoestima puede ser una consecuencia del TDC aunque también una causa, lo que puede provocar que un individuo se vea peor de lo que está. Por ejemplo, que piense que le sobran kilos.
    El miedo a no tener amigos o pareja puede provocar que un individuo desarrolle patrones de pensamiento que le lleven a sufrir TDC. Por ejemplo, si una persona piensa que gracias a la apariencia puede tener más amigos y ser más popular, la presión extra para conseguirlo puede llevarle a sufrir TDC.
    Las personas perfeccionistas son muy duras consigo mismas y se exigen mucho. Su obsesión por la perfección puede estar centrada en su apariencia física, que les predispone a sufrir TDC. 

    Cuando una persona sufre este trastorno, lo primero que debe hacer es aceptarlo y buscar ayuda. Es necesario que la persona hable con sus familiares o amigos cercanos para no sentirse solo. El siguiente paso es buscar ayuda profesional. Seguramente la primera persona con la que contacte es el médico de cabecera.
    El médico de cabecera puede hacer un primer diagnóstico, pero es necesario contactar con un psicólogo especializado en el tema, pues es necesario reeducar al individuo para que adquiera patrones de comportamiento positivos y patrones de pensamiento realistas.
    La terapia cognitivo conductual (TCC) suele ser el tratamiento por excelencia en este tipo de trastorno, aunque no todos los tratamientos funcionan para todo el mundo. El objetivo del terapeuta cognitivo conductual es identificar las conexiones entre los pensamientos, sentimientos y el comportamiento del paciente, para que éste pueda adquirir habilidades prácticas para superar este trastorno. La terapia puede ser grupal o individual.
    En el tratamiento del TDC, la terapia cognitivo conductual, normalmente, se centrará en la actitud del individuo hacia su propio cuerpo y su apariencia física, con el objetivo de reducir la necesidad de llevar a cabo comportamientos negativos y ayudar al paciente a sentirse menos ansioso respecto a su propia imagen corporal. Distintas técnicas cognitivo conductuales suelen emplearse: como técnicas expositivas, habilidades sociales y reestructuración cognitiva. Se cree que ésta terapia puede mejorar las conexiones entre el cortex orbitofrontal y la amígdala.


    En el tratamiento farmacológico se incluyen inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), que pueden ayudar a controlar los síntomas obsesivos. Estos ISRS son un tipo de antidepresivos (de los cuales hablaremos en los siguientes post) que incrementan los niveles de serotonina en el cerebro.
    El apoyo social es importante para que el tratamiento sea exitoso, siendo importante que la familia sepa qué es el TDC y cómo deben actuar para tratarlo.

    "Eres tan increíble cómo te dejas a ti mismo serlo"
    Anaís Martinez Jimeno.



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