- Cabello
- Nariz
- Piel
- Ojos
- Cabeza
o rostro
- Constitución
corporal
- Labios
- Mentón
Estómago o cintura
- Dientes
- Piernas/rodillas
- Pechos/músculos
corporales
- Orejas
- Mejillas
- Trasero
- Pene
- Brazos
- Cuello
- Frente
- Músculos
- Hombros
- Caderas
- Tienen
una percepción negativa de su imagen corporal
- Sentimientos
de vergüenza, culpa o soledad
- Suelen
aislarse y evitar las situaciones que pueden provocar ansiedad o malestar
- Depresión o
ansiedad
- Suelen
utilizar fármacos u otras drogas
- Autolesiones
- Pensamientos
suicidas
- Obsesionarse
con sus características faciales: nariz, ojos, pelo, barbilla, piel,
labios, orejas...
- Obsesionarse
con áreas particulares del cuerpo, por ejemplo, pechos o genitales
- Tener
una percepción negativa de que alguna característica corporal y pensar que
está fuera de proporción
- Tener
una percepción de que alguna característica corporal y pensar que es
asimétrica
- Verse
demasiado delgado u obeso
- Tener
problemas de alimentación
- Llevar
a cabo conductas compulsivas para evitar la ansiedad de la obsesión: usar
maquillaje cuando se está en público, peinarse de manera continua, ponerse
ropa que tape el cuerpo, pasar por el quirófano constantemente o tomar
medicación para adelgazar o ganar peso, etcétera
- Creen
que tienen imperfecciones irreales.
- Preocupaciones
constantes sobre las imperfecciones.
- Quieren
mejorar el aspecto que consideran problemático y pueden considerar
tratamientos dermatológicos, cosméticos o cirugías estéticas.
- Estos
tratamientos no suelen resolver el problema.
- Los
tratamientos pueden ser realizados por ellos mismos o por otras personas y
pueden llevar al empeoramiento del problema.
- Pueden
mostrar acciones repetitivas o compulsivas como camuflarse (con ropa,
maquillaje o sombreros).
- Se
miran constantemente en el espejo o lo evitan.
- Se
pueden dar altos niveles de depresión y de fobia social.
- Pensamientos
suicidas.
- La
necesidad de pedir opinión sobre el propio físico a otras personas.
- Evitar
aparecer en fotos.
- Genéticas: algunos
estudios han mostrado que el TDC es más común en personas cuyos familiares
tienen también la condición, indicando que podría haber un gen asociado a
este trastorno.
- Ambientales: el
ambiente, experiencias y cultura puede contribuir, especialmente si hay
experiencias negativas relacionadas con el cuerpo o la autoimagen.
- Cerebro: anormalidades
en la estructura cerebral pueden jugar un rol.
- Experiencias
vitales negativas, como bullying.
- Presión
social o expectativas de belleza.
- Tener otro
trastorno psiquiátrico como ansiedad o depresión.
- Tener familiares con
el mismo trastorno.
- Rasgos
de personalidad, como baja autoestima.
- Terapia
cognitiva conductual (TCC)
- Medicación
- Terapia
familiar
El Trastorno Dismórfico Corporal, anteriormente
conocido como dismorfofobia, es un trastorno relacionado con
la preocupación excesiva por la propia imagen corporal.
Las personas que sufren este trastorno sienten una
gran ansiedad y la percepción irracional sobre su propio cuerpo que acaba
provocando efectos destructivos en su vida, y que les lleva a desarrollar
hábitos que resultan negativos para su bienestar, como por ejemplo mirarse en
el espejo en exceso (aunque también existen los que por el contrario los evitan
en exceso).
Estos hábitos tienen un impacto significativo en cómo estas
personas viven su día a día y merman su autoestima, provoca que la persona
llegue a no relacionarse con los demás por miedo a que le critiquen o se rían
del defecto que ellos piensan que padecen (ya que éste en realidad es
imaginario), de tal forma que inclusive pueden llegar a perder sus habilidades
sociales.
Se trata de una psicopatología que comienza en la
adolescencia y afecta tanto al sexo masculino como femenino.
Estos son los defectos imaginarios más frecuentes en estas
personas:
Cómo
se siente una persona con Trastorno Dismórfico Corporal (TCD)
Michael Jackson, el caso más famoso de Trastorno
Dismórfico Corporal
Señales del Trastorno Dismórfico Corporal
Posibles causas y factores de riesgo del Trastorno
Dismórfico Corporal
No se conoce específicamente qué provoca el TDC, Como
ocurre con otros trastornos psicopatológicos, por lo tanto puede resultar de
una combinación de factores:
Tratamiento
Los individuos con Trastorno Dismórfico Corporal, suelen
pensar, sentir o comportarse de la siguiente manera:
Es posible que las personas con Trastorno Dismórfico
Corporal no busquen ayuda, pues están demasiado preocupados por cómo les
juzgará la gente o si pensarán que son muy vanidosos. Por tanto, muchos de
estos individuos no reciben tratamiento hasta que llevan mucho tiempo
experimentando esta patología.
El TDC está englobado dentro de los Trastornos Obsesivos-Compulsivos, y, por tanto, este
tipo de pacientes desarrollan síntomas ansiosos y rutinas compulsivas. Pero
claro, lo característico de este trastorno es la fijación excesiva por
la propia imagen corporal, que les lleva a verse mal frente al espejo y
magnificar lo que no les gusta de su cuerpo.
Las obsesiones sobre el propio cuerpo son tan frecuentes
que estas personas pueden pasar varias horas al día pensando negativamente sobre
su apariencia física. Además, suelen concentrarse en un área específica de su
cuerpo que les provocan una ansiedad constante.
Es evidente que la cultura de la imagen y la
influencia de los medios de comunicación, que nos convierte en objetos más que
en sujetos, ejerce una influencia determinante en cómo percibimos nuestro
propio cuerpo, Estamos continuamente rodeados de revistas y anuncios que nos
envían el mensaje de que dicen que si no tenemos el cuerpo perfecto no valemos
nada. La mejor manera de contrarrestar esta influencia negativa es la educación
desde edades tempranas para que valoremos otras cosas en la vida.
Las personas que sufren TDC pueden haber desarrollado una
percepción negativa de su propia imagen fruto de haber sido acosado
durante la adolescencia (aunque también en edades más tempranas o más
tardías), cuando el individuo es más sensible sobre su apariencia corporal.
Además, las burlas de los compañeros de escuela pueden causar este tipo de
trastorno.
La baja autoestima puede ser una consecuencia del
TDC aunque también una causa, lo que puede provocar que un individuo se vea
peor de lo que está. Por ejemplo, que piense que le sobran kilos.
El miedo a no tener amigos o pareja puede provocar que un individuo
desarrolle patrones de pensamiento que le lleven a sufrir TDC. Por ejemplo, si
una persona piensa que gracias a la apariencia puede tener más amigos y ser más
popular, la presión extra para conseguirlo puede llevarle a sufrir TDC.
Las personas perfeccionistas son muy duras consigo
mismas y se exigen mucho. Su obsesión por la perfección puede estar centrada en
su apariencia física, que les predispone a sufrir TDC.
Cuando una persona sufre este trastorno, lo primero
que debe hacer es aceptarlo y buscar ayuda. Es necesario que la persona hable
con sus familiares o amigos cercanos para no sentirse solo. El siguiente paso
es buscar ayuda profesional. Seguramente la primera persona con la que contacte
es el médico de cabecera.
El médico de cabecera puede hacer un primer diagnóstico,
pero es necesario contactar con un psicólogo especializado en el tema, pues es
necesario reeducar al individuo para que adquiera patrones de comportamiento
positivos y patrones de pensamiento realistas.
La terapia cognitivo conductual (TCC) suele
ser el tratamiento por excelencia en este tipo de trastorno, aunque no todos
los tratamientos funcionan para todo el mundo. El objetivo del terapeuta
cognitivo conductual es identificar las conexiones entre los
pensamientos, sentimientos y el comportamiento del paciente, para que éste
pueda adquirir habilidades prácticas para superar este trastorno. La terapia
puede ser grupal o individual.
En el tratamiento del TDC, la terapia cognitivo
conductual, normalmente, se centrará en la actitud del individuo hacia su
propio cuerpo y su apariencia física, con el objetivo de reducir la
necesidad de llevar a cabo comportamientos negativos y ayudar al paciente a
sentirse menos ansioso respecto a su propia imagen corporal. Distintas técnicas
cognitivo conductuales suelen emplearse: como técnicas expositivas, habilidades
sociales y reestructuración cognitiva. Se cree que ésta terapia puede
mejorar las conexiones entre el cortex orbitofrontal y la amígdala.
En el tratamiento farmacológico se
incluyen inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), que pueden ayudar a
controlar los síntomas obsesivos. Estos ISRS son un tipo de antidepresivos (de
los cuales hablaremos en los siguientes post) que incrementan los niveles de
serotonina en el cerebro.
El apoyo social es
importante para que el tratamiento sea exitoso, siendo importante que la
familia sepa qué es el TDC y cómo deben actuar para tratarlo.
"Eres tan increíble cómo te dejas a ti
mismo serlo"
Anaís Martinez Jimeno.
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