jueves, 27 de abril de 2017

El efecto espectador

El 13 de marzo de 1964, Kitty Genovese fue brutalmente asesinada frente a su hogar. Ella estacionó su coche frente a su apartamento, cuando un hombre la persiguió y la apuñaló dos veces en la espalda. Kitty pidió ayuda, pero sólo una persona gritó que la dejaran en paz. El ladrón huyó en el auto, pero regresó diez minutos más tarde para herir aún más a Kitty, robarla y abusar sexualmente de ella. Este ataque duró una media hora y ocurrió ante casi cuarenta personas, quienes escucharon los gritos de la víctima. Finalmente, alguien llamó a la policía, pero ya era demasiado tarde. ¿Por qué nadie se acercó a ayudar a Kitty luego de haber recibido las primeras heridas? La respuesta reside en el efecto espectador. La noticia del crimen se publicó de inmediato, pero pasó desapercibida.

¿Qué es el efecto espectador? 

Es un fenómeno estudiado por la psicología social. Hace referencia a aquellos casos en los que los individuos que son testigos de un crimen no ofrecen ninguna forma de ayuda a víctimas cuando hay otras personas presentes. Corresponde a lo que en Teoría de Juegos se conoce como "dilema del voluntario" De hecho, este efecto sostiene que a mayor número de espectadores observando a alguien en peligro, es menor la probabilidad de que alguien se responsabilice y ayude la víctima. 

 Decir que una persona que es parte de una muchedumbre no reacciona frente a una emergencia es indiferente es una forma de simplificar el proceso cognitivo tan complejo que vive el espectador. Hay muchos factores involucrados en estos procesos, que pueden ser la cultura y leyes (en algunos países si llevas a un herido por arma de fuego al hospital, puedes terminar en la cárcel por investigación), el entorno y variables personales.
Los grados de responsabilidad también están determinados por la percepción que el espectador tiene de la víctima: juicios morales (si la víctima merece o no la ayuda), la competencia personal (si no se nada de primeros auxilios, no puedo ayudar en una emergencia médica, por ejemplo) y la relación del espectador con la víctima (es más probable que ayude de inmediato si la víctima es conocida). 

En su investigación titulada Bystander Intervention in Emergencies: Diffusion of Responsibility estos dos investigadores crearon la situación siguiente:
A cada participante en el experimento se le decía que iba a participar en un debate, pero este debate se llevaría a cabo a través de interfonos. Es decir, nunca verían a sus interlocutores. El resto de participantes estaría en otras habitaciones. Pero en realidad no había nadie más en el debate. Los participantes, sin saberlo, sólo iban a escuchar grabaciones.
Lo que querían averiguar los investigadores fue lo siguiente: ¿por qué no se ayuda? Puede que los vecinos de Kitty Genovese no quisieran intervenir porque existía un evidente peligro para su integridad física pero, ¿qué ocurriría en una situación en donde no existe un peligro para el que debe proporcionar ayuda?
En el experimento, al cabo del rato de seguir el debate, el sujeto de turno podía escuchar como a alguien en la habitación de al lado le estaba dando un ataque de epilepsia. El “atacado” manifestaba a gritos su necesidad de ayuda. Socorrer a una persona que sufre un ataque epiléptico no implica ningún peligro para el que socorre.

Lo que se manipuló del experimento fue la cantidad de personas que se le decía al sujeto que participaban con él en el debate. Sorprendentemente, o no, sacaron a relucir el efecto espectador: el “atacado” por epilepsia, de no ser una grabación, habría muerto desatendido más probablemente en un debate en el que participaran 6 personas que en un debate en el que participaran 2 personas.  El 85% de los sujetos que creían formar parte de un debate de sólo 2 personas corrieron a ayudar al epiléptico. Sólo corrió el 31% de los que creían formar parte de un debate compuesto por 6 personas.

Se debe a que habiendo tantas otras personas, alguna de ellas ayudará, y por ello no vale la pena o no es de máxima importancia sacrificar el bienestar propio. Darley y Latané denominaron a esto dilución de la responsabilidad.
 
  ¿A que se debe?
  • Los individuos pueden pensar que otros observadores están más calificados para ayudar. En momentos de emergencias médicas, la gente podría pensar que tal vez hay un médico presente en la escena y que el paciente estará mejor con la ayuda del médico.
  • Algunas personas pueden sentirse demasiado cohibidas y por eso no quieren dar una imagen negativa ante otras personas presentes. Para evitar esto, estas personas simplemente no responden a la emergencia.
  • Los temores asociados con la percepción también pueden ser una explicación del efecto espectador. Estos temores incluyen ser superado por un ayudante de más jerarquía, ser rechazado cuando se ofrece la ayuda o tener que lidiar con las consecuencias legales del ofrecimiento de asistencia inferior o incluso peor.
  • El efecto espectador existe en mayor medida cuando aquel que está en peligro es un desconocido que cuando es amigo.
  • El efecto espectador presenta algunas diferencias de género. Cuando hay un espectador masculino, los espectadores femeninos son menos tendentes a actuar que cuando éste no existe. Esto puede deberse a cuestiones culturales y de educación en desigualdad.
  • Cuando el coste de la ayuda era el esfuerzo físico, el efecto espectador era mucho menor que cuando el coste era de otro tipo
Mª Carmen Martínez

No hay comentarios:

Publicar un comentario