miércoles, 7 de junio de 2017

síndrome de Alcoholismo fetal

El alcohol (vino, cerveza o licor) es la principal causa conocida y evitable de anomalías congénitas físicas y evolutivas. Cuando una mujer bebe alcohol durante el embarazo, se arriesga a dar a luz a un bebé que pagará las consecuencias, presentando deficiencias mentales y físicas, durante el resto de su vida.

Tomar alcohol puede causar un grupo de alteraciones llamadas trastornos del espectro alcohólico fetal. Los efectos en el bebé pueden ser físicos o de comportamiento. Pueden ser problemas con:
  • Aprendizaje y memoria
  • Comprender y seguir instrucciones
  • Control de las emociones
  • Comunicación y socialización
  • Tareas diarias como vestirse o comer

El síndrome alcohólico fetal es el tipo de trastorno más serio. Las personas con este síndrome sufren de anormalidades faciales que incluyen ojos muy separados y estrechos, problemas de crecimiento y anomalías del sistema nervioso.
El trastorno del espectro alcohólico fetal dura toda la vida. No existe una cura. Los tratamientos pueden ayudar. Estos incluyen medicamentos para tratar los síntomas y terapia de conducta. Estos tratamientos deben ser diferentes para cada persona dependiendo de los síntomas.

Signos y síntomas: 
 1. Anomalías craneofaciales:

 Las principales características son las siguientes: aplanamiento del espacio entre la nariz y el labio superior (conocido como filtro nasal plano), el labio superior delgado (fino) y los ojos pequeños (hendiduras palpebrales pequeñas). Existen guías exactas con las medidas en milímetros que se consideran anormales de todos estos signos.

 2. Retraso del desarrollo:

Se define como la presencia de unas cifras de peso o de talla, o de ambas, por debajo de un valor mínimo promedio en recién nacidos que han estado expuestos al consumo materno de alcohol durante el embarazo.

3.Sistema nervioso central

La exposición prenatal al alcohol se clasifica como teratógena, es decir, que puede dañar el desarrollo del cerebro en diferentes grados, dependiendo de la cantidad, el momento y la frecuencia de la exposición. El daño que el alcohol produce en el sistema nervioso central dará lugar en el recién nacido y sobre todo en el niño y el adolescente a anomalías de la conducta y de la inteligencia, y se puede valorar en 3 áreas diferentes:
   a) La estructura anatómica del sistema nervioso, por ejemplo, un cerebro pequeño (microcefalia) o anomalías en la formación de las diferentes partes del cerebro.
    b) El funcionamiento neurológico, por ejemplo, aparición de convulsiones, afectación del desarrollo de las habilidades motoras, pérdida de audición, problemas visuales, mala coordinación entre la vista y la manipulación.
    c) El funcionamiento intelectual, manifestándose como trastornos del comportamiento, agresividad, falta de autocontrol de los impulsos, falta de atención e hiperactividad, retraso mental, problemas de aprendizaje, mala memoria, problemas de integración social y manca de habilidades sociales, etc.


Tratamiento
No existe un tratamiento curativo para el SAF, porque las alteraciones que el alcohol provoca en el desarrollo del sistema nervioso central, ya sean más o menos graves, dan lugar a lesiones permanentes.
El hecho de que el daño cerebral, los síntomas, las discapacidades secundarias y las necesidades sean absolutamente individuales en cada caso, impide que se pueda generalizar un tratamiento estándar que sea efectivo en todos los casos.
El tratamiento se basa en medidas específicas de cada trastorno asociado, por ejemplo, los problemas de lenguaje, de comportamiento o de hiperactividad o falta de atención, y actuaciones a nivel educativo (por ejemplo, adaptaciones curriculares o recursos de educación especial).
En general se emplean fármacos psicoactivos e intervenciones conductuales cuando hay un trastorno de la conducta, tratamientos de logopedia, intervenciones para reforzar y adaptar el aprendizaje, estimulación precoz para favorecer el desarrollo psicomotor, intervenciones generales de apoyo, intervenciones sociales de protección, tratamientos psicológicos y psiquiátricos adaptados.

El pronóstico de cada uno de estos niños estará condicionado por la gravedad de la afectación del neurodesarrollo, el entorno socioambiental y las intervenciones terapéuticas específicas, además de las discapacidades que presenten. En este sentido, es necesario prestar una especial atención a una serie de trastornos funcionales que se dan en estos casos: problemas de aprendizaje, afectación del desarrollo motor, hiperactividad, deficiencia de atención, problemas de la conducta adaptativa, retraso mental y otras alteraciones cognitivas, trastornos de la función ejecutiva, del lenguaje, de la memoria, de integración social y de comunicación social.







No se ha demostrado en estudios de seguimiento que pequeñas cantidades de alcohol durante el embarazo no puedan suponer un riesgo con absoluta certeza, por lo que la recomendación a las mujeres embarazadas (y también a las mujeres que desean quedarse embarazadas en un futuro inmediato, para evitar daños en las primeras etapas de la gestación, cuando la mujer aún no sabe que está embarazada) es la abstinencia total durante el período de la gestación.

Todavía no se ha aprobado en nuestro entorno una legislación que exija el etiquetado de aviso de evitar su consumo por embarazadas en los envases de bebidas alcohólicas, igual que ocurre con el tabaco.

Fuentes:

https://www.safgroup.org/sd-alcohol-fetal
https://medlineplus.gov/spanish/fetalalcoholspectrumdisorders.html
http://kidshealth.org/es/parents/fas-esp.html

MªCarmen Martinez


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